El magistrado
Tinta china sobre papel
Magistrados
100x72 cm.
1980
Porque el arte existe para provocar y estimular nuevas ideas, a la vez que despierta una nueva conciencia y hace recordar al hombre su humanidad.
Curiosa paradoja, pero aquí se trata de buscar a Dios en el hombre, como Prometeo deseaba apoderarse del fuego divino en beneficio de los hombres. Nosotros nos hemos convertido en seres tan culturales que resulta muy difícil encontrar el arte en ningún sitio.
El hombre se siente tan reprimido, frustrado y neurótico, con un sentimiento de vacío cada vez mayor, que le conduce a una especie de crisis espiritual. En el caso de Barjola se trata de ofrecer una representación de sus emociones, cuya expresión plástica tiene un soporte poético. Pero tampoco olvida estudiar a sus personajes, con una intuición de psiquiatra, para descubrir en ellos la proyección de toda su grandeza y mediocridad, en la brutalidad de sus contradicciones interiores y en la verdad de su condición humana.
J.R Alfaro. “Obra violenta y seductora”. Revista Guadalimar, nº 63, diciembre, 1981